Las tabernas un
sueño de antaño
Publicado el 13
de junio de 2008
Si
hacemos caso a la versión oficial, siempre encerrada en pesados y polvorientos
libros, las tabernas ya existían en el año 1700 a.C.
Entonces,
los taberneros, como el resto de comerciantes se agrupaban en gremios o sindicatos
evitando la competencia desleal. Hasta mediados del siglo XVIII estos lugares
servían de reunión al acabar el trabajo, siendo las tabernas las precursoras de
las modernas cafeterías.
Por
entonces en las tabernas existía un reglamento que cuidaba de la calidad de sus
productos, evitando el beneficio a través del bautismo del vino con agua nada bendita. Pero fue a partir de 1765 cuando Boulanger,
un tabernero francés, funda en París un establecimiento donde servía cordero a
la salsa blanca y un caldo que tuvo un gran éxito. Boulanger fue el primero en
dar a su local el nombre de Restaurant. Igualmente, todo pueblo o ciudad
costera que se preciara tenían en las tabernas, ese lugar propio de marineros
tatuados o capitanes Alatristes pendencieros. Aunque en la actualidad las
tabernas o bares ya no son lo que eran.
De
hecho, en la Torrevieja de antaño, cuando las denominaciones de origen no se
conocían, existían lugares como el Bar
Ceferino, Bar el Fea, Las 4 puertas o el Bar licorería Quinin... entre otro;
lugares estos donde se consumía la típica “paloma” junto a un plato de pulpo
seco o mojama, aderezado con una buena conservación. Hoy Torrevieja se perfila
como una de las ciudades más pujantes de la provincia gracias al clima y los
espacios tradicionales de playa y parques naturales, a lo que se añade una
amplia oferta gastronómica. De hecho, cuando se entra en uno de los numerosos
restaurantes de los que dispone la ciudad, es como entrar en un ambiente
rodeado de sabores procedentes del mar, entre los que destaca el sabroso
caldero o uno de los guisos cuyos ingredientes proceden del mar y la cercana
huerta. Incluso si
somos de esos clientes que necesitan asesoramiento culinario, mejor dejarse
guiar por un buen cocinero que nos inicie en el placer del comer.
Es necesario puntualizar que el
buen gastrónomo no precisa ser un perfecto cocinero,
al igual que el melómano no necesita ser un virtuoso músico. Sólo que en el
caso de la cocina si se aúne al saber, el hacer, el grado de perfección alcanza
cuotas elevadas. Y de esto podría hablar durante horas la Junta Directiva de la
Asociación de Empresarios de Hostelería de Torrevieja y Comarca, para quienes
el llamado "Arte culinario" es una de las formas de expresión
más cuidada. Sin duda la historia de la “restauración” de una región, país o
ciudad, es la forma de expresión de si mismo,
convertida en uno de los ejes de la vida cotidiana. Esto se hace más
evidente en Torrevieja, durante las Jornadas de Gastronomía 2008, donde este
año se puede degustar la variada cocina del mar, como reza su eslogan en esta
edición.
