QUERIDO LECTOR
Ya
que me he decidido crear este espacio y puesto que hemos rebasado con creces la
mitad del año, puedo decir, que espero que este blog tenga un largo recorrido.
En el construiré uno tras otro los comentarios que aparecen en otros medios
como es semanalmente y durante casi cinco
años (es decir, doscientas treinta y cuatro semanas) en las páginas de este semanario
de mi ciudad. En el mismo intento trasmitir (así espero) el calor implícito en
el cariño. Un cariño dirigido a mi ciudad.
Hoy,
al ponerme frente a esta página
no puedo evitar un sentimiento de extenuación,
aunque después de tanto tiempo de meditar sobre las complejas o sencillas
situaciones que se desarrollan a mi alrededor, sigo interesada por alcanzar
respuestas, y me pregunto: ¿por qué sucede esto?
Se que es difícil (cuando no imposible) hallar esas respuestas, aunque parte de la labor del columnista
es buscar soluciones con su particular visión de la realidad. El comunicador
fundamentalmente debe saber comunicar lo que sucede y piensa, incluso ha de
indagar en las profundidades del ser humano y la sociedad que le rodea. Sino es
así, otros vendrán que lo cuente mejor. De hecho el columnismo, es un género
muy flexible, permite abarcar desde textos de opinión hasta literarios,
teniendo la oportunidad de sentir la cercanía
del lector, logrando cierta sensación de complicidad. Algo que he podido
experimentar en primera persona.
De
hecho en ese pequeñísimo rincón donde aparecen mis comentarios, he dejado
micropiezas literarias ofreciendo en ellas lo que tengo, aunque hayan pasado a
veces inadvertidas u olvidadas. Pero he logrado acercarme al público durante cincuenta meses (casi cinco años) de colaboración en el
Vista Alegre, dirigiéndome a ti (seas quien seas) disfrutando del placer de
estar a tú lado. Por cierto, el único placer que se puede permitir un columnista.
Han
sido más de cien mil las palabras impresas. Ahora me viene a la mente una cita que expresa muy bien lo que siento: "Cuando
uno adquiere una cantidad infinitesimal de amor, se olvida de ser quien
es" -yo añadiría- “entonces se convierte en esa persona a la que tú das
forma”.
Escribir,
leer, comentar lo escrito; es construir una realidad que lleva al
escritor-columnista a la cercanía con sus lectores. Mi
objetivo: poder hacer lectores habituales a los hijos de los que ya me leéis. Cierto
que el panorama ha cambiado con Internet, las páginas webs, las redes sociales
y los block. Un nuevo mundo que no se nutre solo de periodistas y columnistas. En ese espacio (como siempre) el escritor
o escribidor (palabra que me recuerda a Vargas Llosa) es el menos protegido, ya
que se muestra abiertamente con su autenticidad, intentando dejar su huella en
una gigantesca red de redes.
Pero, querido lector, aquí seguimos tú y yo como testigos de los nuevos tiempos. Solo me
resta decirte que disculpes mis reflexiones, y ya sabes, nos volveremos a
encontrar.
