Todo pasa... todo llega
Todo pasa... todo llega
Publicado el 29 de
julio de 2008 Semanario Vista Alegre
Se me ocurre que está semana esta más viva que nunca
la frase del gran poeta Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana Machado Ruíz,
conocido como Antonio Machado, cuando afirmaba “todo pasa... todo llega”. El
pasado 26 de julio se cumplía el 133 del
nacimiento del poeta, quien fue uno de los miembros más representativos de la
denominada Generación de 98. Su obra es vivo reflejo de esa España en
decadencia cultural y política que tanto preocupó a los intelectuales de su
tiempo, sin embargo nos ofrecía esa frase tan recitada y hasta cantada “Todo pasa... todo llega”.
Aquí y ahora puedo decir que apenas hace una semana
que la cultura en Torrevieja ha tenido la forma, y se ha extendido a otras
ciudades de la mano a la pureza de las habaneras, musas de las canciones en mi
pueblo. Y una vez más se ha hermanado con territorios como Filipinas y Puerto
Rico, ganadores del certamen. Sin embargo tras el canto de los coros se me
ocurrió pensar: “todo pasa... y todo llega”.
Antes de seguir, quizás deba pedir perdón por haber
querido soñar en esas noches, en las Eras de la Sal, con aquellos hombres que
se partían los brazos y hasta el alma al desear caminar siempre de la mano del
amor a su gente.
Pedir perdón al querer hablar a oídos sordos y llamar a
cerradas puertas con esas historias. Por ser tan ingenua, esperando ver el sol
elevándose por el horizonte, cuando en realidad el brillo que llega hasta mi
retina es la luz opaca del cansancio entristecido por la esterilidad de otro día
cualquiera. Perdón por el deseo de seguir caminando por ese pasado salinero,
que me ha hecho parecer infantil y hasta "ñoña" al desear algo apenas
inexistente.
Pero al ver los nombres de aquellos jornaleros y salineros
grabados en bronce, me detuve frente a ellos y sentí a la mujer o tal vez, a la
niña que arrastraba una carga adulta. En ese instante me escuché a mi misma
decir: “todo pasa... y todo llega”
Ahora ¡escúchame! Después de dedicar un instante a la
resignación y tras cumplir con la formalidad de pedir perdón por pecar (sin
haber pecado) deseo mostrar ese otro nuevo rayo de esperanza en forma de nuevo
sol. Por ello estas palabras quiero dirigirlas a ti, que me cuentas que cada
semana desmenuzas cada frase, cada palabra de las aquí escribo.
Sabes que entre
tú y yo, existe una comunicación clara y sincera. Por ello seguiré plasmando mis
pensamientos como siempre con un amor infinitamente infinito, cuidando cada una
de estas líneas donde dibujo a la Torrevieja de siempre, antes que dejarla
morir oculta en oscuros cajones enmohecidos. Y como decía el poema:
“Cuando el poeta es un peregrino
cuando de
nada nos sirve rezar.
Caminante no hay camino,
se hace camino al
andar..." (Antonio Machado)
Para todos vosotros
