Lunes de emoción
Hoy Lunes Santo la imagen que está presente
para mi es la de una preciosa niña que ha nacido en Växjö, Suecia. Como cada día, hoy me pongo delante del teclado para
hablar de temas importantes, trascendentales o por simple afición. Hoy lo hago para
hablarle a esa personita que, a pesa de la distancia, ha entrado en mi vida (y
en la de mi familia) arrasándolo todo. En rigor estricto, el texto que viene a
continuación debería de llamarse “ser
feliz siendo abuela a pesar de la distancia” he de confesar que ésta
felicidad me era conocida y disfrutada con mi primer nieto, pero hoy he sentido
que crece con la nueva personita que ya ocupa un importante lugar entre
nosotros. Ahora más que nunca he de agradecer a las nuevas tecnologías, el poder
acercarme a ella y a sus padres.
Como he dicho, ya me sentía toda una
abuela, algo que considero “todo un arte” que requiere compromiso,
responsabilidad y sobre todo, de una actitud amorosa y tierna; pero ahora añado
aquel refrán popular: “el roce crea el cariño” y sin duda ese interés
e iniciativa, para mantener el roce y los lazos unidos, a pesar de la
distancia, será gracias a ese germen al
que llamamos “cariño”.
Me encanta sentirme una abuela. Nunca
imaginé que tenía ésta disposición, de ahí que piense que es el mejor rol que la
vida me está permitiendo ejercer. Ella y el (mis nietos) lo viven con mucha
naturalidad. Aun así, al llegar a este mundo es importante tener una abuela o
abuelo cerca –aunque me llamen Mormor en sueco- incluso quien no conoce la
expresión: ¡No tienes abuela…!.
Como ves, aunque intento centrarme hoy en
otros temas, nada tiene tanta importancia como esa pequeña de cara sonrosada. Me
pregunto si las y los nietos llegan a sentirse igualmente gratificados. En fin querido
lector, hoy mis palabras van dirigidas a ella, mi pequeña Victoria:
Mi queridísima nieta:
Son en estos momentos las 7 y 10 de la mañana del 10 de abril de 2017. Acabas
de entrar a formar parte de nuestra familia.
Junto al
ordenador intento escribir como cada día para ese espacio de Internet que se
llama “Mi Tiempo” y sin quererlo me sale ésta carta, donde expreso todo el amor
que tengo guardado en mi corazón para ti. No creo que el amor se pueda plasmar
en una carta; ni siquiera que sea algo que deba ser guardado en el corazón. El
amor se entrega a la persona indicada frente a frente. Eso es difícil, ya que
tú como tus padres estáis a casi 3.000 km. de distancia. Te encuentras en
Suecia, el país que tus padres han elegido para formar una familia y construir
su futuro. Pero eso no va a restar ni una de las caricias y de los besos, los
guardaré todos para entregarlos juntos.
No sé cuantos
años tendrás cuando puedas leer estas palabras. Ni siquiera sé si llegarás a
leerlas algún día. Me gustaría pensar que seré yo misma quien te las lea y así
explicarte como han sido estos momentos de felicidad. Pero si de algo estoy
segura es que de alguna forma llegarán a tus manos. ¿Sabes cariño? me doy
cuenta que el amor de los abuelos es algo que ningún niño debería perderse,
tampoco ningún abuelo debería perder el amor de sus nietos. Entenderás con el
tiempo que los abuelos somos las raíces, tu pasado, tu historia, tu familia y
tu sangre; formamos parte de ti de la misma manera que tú formas parte de
nosotros.
Bueno, Victoria,
cariño a lo largo de tu vida, que ojalá sea plena y feliz, cuando te embargue
algún sentimiento de tristeza, pena o desilusión, sabrás que aquí estaremos
nosotros, tus abuelos, para acogerte y ayudarte en todo cuanto necesites. Un
beso y un abrazo muy fuertes, de tu abuela.

