Ese pedazo de España
Apenas
hemos comenzado octubre y en estos días, cuando abro la ventana, una vez más
tengo claro que en ese pedazo de España, que intentan amputar, se está
destilando tanta bilis, tanto odio, tanta inquina, que da miedo. Afortunadamente,
con mis conocidos puedo hablar civilizadamente sobre lo que está ocurriendo en
Cataluña y en Baleares. Un buen amigo me contaba hace unos días que en su casa
tiene serios problemas de convivencia porque una parte de la familia es
partidaria de la independencia catalana y otra parte no lo es, y que por ello
viven al borde del enfrentamiento. También en las aulas, en los claustros de
profesores, en las empresas, en las reuniones de amigos, por todos lados la
tensión se acerca a lo insoportable. Por lo que se ve y se intuye, Rajoy
continúa indeciso mientras Puigdemont impulsa la rebelión. La República
Catalana prepara el asalto a los bienes del Estado. Tanto es así, que Cataluña
afronta este martes con un paro general, respaldado por las entidades
soberanistas, en protesta por la actuación policial durante el referéndum
suspendido por el Tribunal Constitucional.
Así
las cosas…, uno mira a lo más cercano, y ve como el alcalde de Alicante, el
socialista Gabriel Echávarri, quiere mantenerse al frente de la segunda ciudad
de la Comunidad Valenciana a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia. La
titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Alicante lo ha citado a
declarar, el próximo viernes, 6 de octubre, en calidad de investigado
-imputado-, en relación a las presuntas irregularidades en el fraccionamiento
de contratos de la Concejalía de Comercio. No solo no piensa dimitir, como le
han pedido sus dos socios de Gobierno (Guanyar y Compromís), sino que dijo ayer
lunes estar dispuesto a mantener la Alcaldía con un equipo de Gobierno de solo
seis concejales. Esto supone una quinta parte de la corporación, dejando una
oposición de 23 ediles (de cuatro partidos diferentes, además de dos
tránsfugas). Es decir, una ciudad ingobernable.
Y
de nuevo, intento mirar a otro lado, dándome de bruces con unos carteles que el
Ayuntamiento coloca en el teatro de Torrevieja para informar sobre el por qué
sigue cerrado después de dos años de clausurarse. El Equipo de Gobierno quiere
que los ciudadanos se enteren de los motivos de la clausura tras las constantes
peticiones de información sobre cuándo se va a reabrir. En los carteles se
reproduce la resolución de la Generalitat Valenciana sobre el cierre del mismo en
septiembre de 2015. Junto a ese cartel que indica la resolución de la entidad
de certificación (OCA) contratada por el anterior gobierno municipal del PP
donde se explica que se han realizado las obras para que obtener la licencia
pero carece de la firma de recepción de obra, que solo puede salir de puño y
letra del arquitecto director de la obra, Antonio Marquerie, que lleva meses
eludiendo esa reclamación municipal. Hace unas semanas el alcalde José Manuel
Dolón aseguraba que el municipio iba a buscar con asesoramiento del Colegio de
Arquitectos a un profesional que firmara el final de obra, posibilidad, que no
parece haber tenido éxito.
Tal
como queda el patio, me quedo con el ganador del “sueldazo” en Torrevieja de
2.000 euros al mes durante 10 años. Una vez más
la ONCE dio el premio el domingo 1 de octubre. El cupón premiado fue
repartido por el vendedor Bartolomé Quesada Gomáriz, desde su punto de venta ubicado
en la Plaza Islas Canarias. Recordar que el sueldazo de la ONCE ya repartió
suerte en Torrevieja el pasado 17 de septiembre dejando un “sueldazo” de 5.000
euros al mes durante 20 años. Feliz martes
