La vista no es muy alegre
Hoy podría decir que abro la ventana y la vista no
es muy alegre. El 1 de octubre de 2017 no será recordado como el día que se
celebró el referéndum de independencia en Cataluña, sino como la jornada
funesta donde la irresponsabilidad de una Generalitat ocupada por iluminados y
la inoperancia de un Gobierno ausente se confabularon para alumbrar el caos. No
puede decirse que ocurriera nada completamente imprevisible, porque cuando las
propias instituciones favorecen el desborde de los cauces democráticos, es
natural que la anárquica inunde la calle. Ese exactamente era el plan de
Puigdemont, una vez desmantelada la logística de su consulta y en ella cayó el
Gobierno.
Más cerca, en Torrevieja, un nutrido grupo de
ciudadanos se han concentrado este mediodía en la Plaza de la Constitución,
frente al Ayuntamiento, acudiendo a la llamada que algunas organizaciones y a
través de las redes sociales se había hecho para defender la unidad de España y
contra el referéndum. Han portado enseñas nacionales de diferentes tamaños y
han lanzado proclamas en favor de la unidad territorial como "Cataluña, es
España", "España unida, jamás será vencida" o "esta bandera
no se vende". Más tarde se han dirigido después, espontáneamente, al
Cuartel de la Guardia Civil para apoyar a los agentes por su intervención en el
referéndum de autodeterminación convocado en Cataluña
Aunque, los temas de casa son también noticia, como
la nota enviada a los medios por el presidente de la Junta Mayor de Cofradías
(JMC), Jesús Sánchez Seva, donde asegura sentirse “engañado” por el equipo de
Gobierno en relación con las subvenciones nominativas que se abordaron en el
Pleno. Sánchez Seva asegura que el concejal de Cultura, Domingo Pérez, le
trasladó en una reunión previa que era “legalmente imposible” mantener este tipo
de subvenciones y presentó el cambio a concurrencia competitiva “como una
decisión tomada” y la única posibilidad legal para seguir recibiéndola. Con
todo, recordó que la JMC cobró la última subvención municipal en noviembre de
2016, correspondiente al anterior ejercicio, hecho que ha generado “graves”
problemas económicos en ciertos momentos.
Y como este 2 de octubre parece lleno de noticias
nada positivas, se une a las anteriores, la decisión tomada por el Equipo de
Gobierno. El semanario municipal Vista Alegre no saldrá más a la calle hasta
que su elaboración y edición no esté amparada por un contrato. Algo que puede
dejar sin el semanario a la ciudad bastante tiempo. La decisión la ha adoptado
el alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) con el criterio de que la publicación
del semanario de noticias municipales, no es un servicio esencial para los
ciudadanos, y, por lo tanto, no va a levantar más informes técnicos de reparo
en contra para abonarlo. Es la segunda vez en su historia, desde su fundación
en 1955, que el semanario no sale a la calle -dejó de imprimirse durante un
periodo de la Transición-. Es posible que este semanario no sea esencial - como
la recogida de basura o el servicio de bus- según el Alcalde. Pero lo que es innegable,
es que cualquier medio de comunicación, aporta cierto oxigeno a la ciudadanía y
sin este espacio mediático e informativo,
la propia sociedad, se queda sin esa información necesaria, sobre todo
en el ámbito local...
¿Ocurrirá en este caso como en esos otros proyectos que no
alcanzan a llegar a buen puerto en este Ayuntamiento? ¿Es este un nuevo cierre?
Un día triste para el periodismo. Uno más. Este 2 de octubre, sin duda, es un
lunes de sonrisa difícil de mantener
