MUSEOS DE NUESTRA HISTORIA
Hoy abro la ventana con la intención de
preparar esa jornada que lleva al Día Internacional de los Museos con la “La Noche de los Museos”. Un evento
que nació en 1977 y que cada año congrega a más museos alrededor del mundo (en
2016 participaron 36.000 de 157 países). El objetivo de este día es
sensibilizar al público sobre el hecho de que "los museos son un medio
importante para los intercambios culturales, el enriquecimiento de culturas, el
avance del entendimiento mutuo, la cooperación y la paz entre los
pueblos", dicen el Consejo Internacional de Museos (ICOM), y este 2018 el
tema propuesto es Museos hiperconectados: enfoques nuevos, públicos nuevos. Así
se invitaba al público, a un acercamiento a estas instituciones, dándolas a
conocer por medio de actividades. Se trata de una jornada de puertas abiertas
donde realizar visitas guiadas, conciertos, conferencias, talleres, concurso de
esculturas vivientes y actividades didácticas para mayores y pequeños.
Torrevieja celebrará el Día Internacional de los Museos con una vista guiada y
gratuita conducida por los alumnos de la especialización de Promoción Turística
Local e Información al Visitante del "Taller de Empleo de
Desestacionalización Turística".
Aun así en Torrevieja la combinación
turismo y museos (en este caso lugares emblemáticos) sería una receta novedosa
orientada hacia una nueva fórmula, mediante la transmisión de nuestra historia
y cultura. Al tiempo que se podrían crear espacios de encuentro donde aprender
la herencia de cuantos nos han precedido. Teniendo en cuenta estas iniciativas
que se vienen desarrollando en distintas ciudades, me pregunto cuánto podríamos
mostrar, no solo a los visitantes, también a los residentes en Torrevieja, en
recorridos programados por: el Museo del Mar y la Sal, el Museo Ricardo
Lafuente, el Centro de Información del Parque Natural de la Laguna de
Torrevieja y La Mata o el Centro de Interpretación de la Industria Salinera.
Sin olvidar en el recorrido los monumentos que se encuentran en la ciudad y
parques como el Salinero o los jardines como el de Doña Sinforosa, así como las
salas de exposiciones preparadas para esta ocasión y las bibliotecas. A través
de cuidados recorridos podríamos descubrir la historia de los primeros marinos,
el primer asentamiento, los primeros pobladores, las primeras habaneras o las
primeras serenatas al pie de la reja -que todo hay que decirlo- en esta galería
de imágenes, muchas de ellas reflejadas en los museos de la ciudad, se
encuentra la Torrevieja de antaño.
Teniendo en cuenta que la Torrevieja que
nos da de comer, y es nuestra principal fuente de riqueza, es la del turismo
-un turismo que viene a la ciudad pintada en los folletos publicitarios-, hemos
de recurrir, una vez más, a la Torrevieja del siglo XIX por medio de
performance o actores, que nos lleven en un viaje en el tiempo, mostrando a las
mujeres cuando iban a comprar el pan con la talega, a los pescadores y
remendadoras de redes. Y que los chavales de hoy aprendan que los aljibes
proporcionaban un agua fresquísima. Y que las casas bajas con azotea, estaban
hechas a la medida del viento de levante. Todo ello, reconozco que se encuentra
en el territorio de la utopía, ya que me falta la mar de antaño con un fondo de
pailebotes y bergantines en las aguas de la bahía. Aunque sinceramente creo que
de encontrar algo de esto, merecería estar en una guía de las bellezas raras de
la ciudad. Pero sin duda, éste, sería un bonito recorrido por nuestra historia.
