EL PLACER DEL COLUMNISTA
Hoy abro la ventana como comunicadora, ya que
pienso que el trabajo del escritor, redactor o simplemente de la persona que
publica bajo la doctrina del “tiene que estar listo en tal fecha” vive una
frenética búsqueda del tema apropiado. Alfareros de las palabras “los
columnistas” son los que más saben de esto. El director del periódico espera
impaciente la llegada del texto. Los temas se relacionan con la vida cotidiana,
anécdotas que brotan aquí y allá y son relatadas con cierta sutileza. No se
precisa de una idea perfecta, de un tema jugoso para desarrollar. Simplemente
se goza haciendo literatura de la nada, como el hada madrina, golpea su varita
y… ¡zas! surge la magia. Magos o Artistas. Pero no hay nada más incómodo que
tener que redactar y no saber qué o por dónde empezar. Enfrentarse a la pluma y
la cuartilla en blanco. Esto a grandes rasgos es la vida del columnista.
Todo cambia cuando surgen los blog. Desde éste
espacio una semana tras otra y superando ya la mitad del año, puedo decirte amigo
lector, que llevamos juntos 301 comentario publicado donde he brindado estos
comentarios. Es decir, trescientas una ocasión apareciendo en esta página para trasmitir
(así espero) el calor implícito en el cariño. Un cariño dirigido a mi ciudad. Esa vieja dama que es Torrevieja, una gran
señora que posee la hermosura de su luz que desafía el tiempo, sus personajes, recuerdos
y nostalgias de la Ciudad-Mito, y de aquella que construye su historia cada día.
Hoy, quizás por el calor, al enfrentarme a esta página no he podido evitar un sentimiento de extenuación
y alegría al mismo tiempo, ya que es en este
pequeñísimo rincón, donde voy dejando micropiezas literarias que me acercan a
ti, en estas más de trescientas ocasiones
en las que me he comunicado. Por cierto, este es el único placer que posee un
columnista.
Decía Fernández Flórez: el artículo que no
sale en quince o veinte minutos no sale bien... y como el carpintero que
primero se hace con la madera, el
articulista primero tiene que tener el título, después el arranque y por
último el final, el resto, se rellena con la honestidad del oficio. Así
Torrevieja casi siempre es la protagonista en este pequeño rincón. Incluso gran parte de las más de doscientas cincuenta y seis mil palabras plasmadas aquí, en
forma de comentarios, están guardadas con cariño en un libro.
Se dice que los mejores artículos salen de una
tontería, de la nostalgia o de un hervor de… incluso me dicen que cuando
escribo “acalorada” es cuando más os gusta, porque se transmite la puya. Pero que
quede claro que el comunicador debe comunicar, indagando en lo
profundo del ser humano y la sociedad que le rodea. Sino es así, otros vendrán
que lo cuente mejor. De nuevo, disculpar por estas reflexiones, ya se sabe… el calor hace estragos. En
fin, os espero muy pronto