¿Adelantamos o atrasamos la hora?
Abro la ventana con la idea clara de que este fin de semana llega el cambio de hora y con él la típica pregunta
- ¿adelantamos o atrasamos las agujas del reloj?
- ¿adelantamos o atrasamos las agujas del reloj?
Tal vez no lo recuerdes pero la costumbre del horario de invierno y de verano comenzó de forma generalizada en 1974. Ahora sí definitivamente llegamos a una nueva estación dejando atrás el verano y sus largos días. Llega el horario de invierno y, como consecuencia, los relojes se retrasarán una hora. El cambio (deseado o no) se produce el domingo 28 de octubre a las 3.00 horas de la madrugada, en ese instante, desde el reloj de la torre de la iglesia, al viejo reloj de péndulo, pasando por los de cuarzo y el actual reloj digital retrocederán hasta las 2.00 horas. Así comienza la nueva temporada donde los días serán más cortos (porque anochecerá antes) ya que la luz natural escaseará. Pero miremos lo bueno, este domingo 28 tendrá 25 horas y se dormirá una hora más.
Al parecer el retraso de la hora tiene como fin reducir el consumo de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Tras la primera crisis del petróleo se implantó esta costumbre de atrasar el reloj en horario de invierno y adelantarlo en verano, y se hizo de forma generalizada hace 44 año, para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad). De esta forma la Directiva Europea que rige el denominado “Cambio de hora” fija que el horario de verano comience en el último domingo del mes de marzo y que termine el último domingo de octubre.
Al parecer “el cambio horario” tiene los días contados, de acuerdo con los objetivos de la Unión Europea. Al parecer el ahorro de energía, gracias a los dos cambios de hora anuales “es mínimo”, a lo que se añade las quejas por parte de los ciudadanos por los efectos negativos para la salud. Por lo que la Comisión Europea concluye que no tiene sentido seguir regulando el cambio de hora bianual y que son los Estados miembros quienes deben tener la libertad de elegir.
Así que, a partir del próximo domingo pasaremos a la que se considera hora oficial en España, que es ir una hora por delante del tiempo que marca el meridiano de Greenwich.
Como curiosidad, esta medida también se lleva a cabo en unos 70 países en todo el mundo. En concreto, se aplica en todos los países europeos, América del Sur, África y en algunas zonas de Estados Unidos y Canadá. En cambio Japón es el único país industrializado que no se ha adaptado aún a esta normativa.
No obstante, Juncker planea que el último cambio de hora se produzca en marzo u octubre de 2019. Su intención es que cada país europeo notifique a más tardar en abril de 2019 su intención de aplicar la hora de verano o de invierno de forma permanente. El último cambio obligatorio tendrá lugar el 31 de marzo de ese año y los Estados miembros que deseen volver la hora de invierno realizarán una última modificación el 27 de octubre. A partir de esa fecha no se podrán hacer más cambios.