Día del libro
Hoy abro mi ventana pensando en aquel "lugar de la Mancha de cuyo nombre..."
Tenemos una vida breve y limitada. Incluso soñamos con más vida o la posibilidad de vivir otras vidas. La forma de conseguirlo es a través de los libros.
Días atrás se inauguraba la Feria del Libro en el Paseo de La Libertad en Torrevieja, ofreciendo lo mejor de las editoriales en las distintas casetas de libreros de la localidad, pero… ¿leer es una cuestión de gusto o afición?
Creo que es una verdadera necesidad y sólo debemos darnos cuenta de ello. España es una fábrica de letras. Cientos de libros se publican cada año. Desde la España del Quijote a la actual Saga Crepúsculo, las preferencias literarias son tan variadas como libros hay en las librerías. Así los amantes a la lectura hacen posible que sigan cabalgando caballeros de lanza en astillero mientras releemos “Cien años de soledad” del fallecido García Márquez. Clásico del siglo XX donde una familia ya mítica de la aldea de Macondo se convierte en referente de la narrativa latinoamericana.
En el silencio de las estanterías “Romeo y Julieta” contemplan “La divina Comedia” junto al “Lazarillo de Tormes” y “La Celestina” que se preguntan si “La vida es sueño”.
Pero, ya se sabe “estamos en elecciones”, aunque si algo bueno tienen las elecciones es que descolocan muchas cosas para ponerlas en otro sitio. Y eso está pasando en el mundo de la literatura. ¿Qué ocurrirá dentro de diez años con las editoriales, con los lectores digitales, con el mundo del libro? Es difícil saberlo pero, quizás, ese nuevo sitio donde terminaremos colocados no sea tan malo como pueda parecer. La crisis ha golpeado a todas las administraciones públicas, y una de las consecuencias para el mundo del libro es que las bibliotecas, que compraban los libros que se publicaban han dejado de hacerlo. Eso, era una forma de subsistencia para las ediciones de las pequeñas editoriales.
Con el libro nadie come; a lo máximo te puede calentar ardiendo en la chimenea, como hacía Pepe Carvalho, el detective de Montalbán.
El hábito de la lectura requiere un esfuerzo de concentración y se está perdiendo a pasos agigantados por niños y jóvenes que prefieren otras formas de expresión y ocio. Se pierde la narrativa literaria, pero también se pierde la narrativa cinematográfica porque muchas películas carecen del mínimo guión. El panorama resulta desolador para los escritores que intentan abrirse camino ganándose así la vida. Incluso llegará el tiempo en que nosotros, como lectores, tengamos que pasarnos el libro de unos a otros, pagando una especie de leasing por ello.
¿Y el autor? ¿De qué vivirá si no se venden sus libros?
Pensando en alto, es un momento difícil y para la cultura, nefasto. Por ello quizás toque ser caracol. Pienso que en algún momento volverá a salir el sol. Pero siempre (y confiemos en ello) tendremos necesidad de que nos expliquen historias que nos hagan soñar con otros mundos y otras vidas. Siempre, precisaremos de Scherezades que nos hagan más soportable la existencia.
Que paséis un buen día del libro
Tenemos una vida breve y limitada. Incluso soñamos con más vida o la posibilidad de vivir otras vidas. La forma de conseguirlo es a través de los libros.
Días atrás se inauguraba la Feria del Libro en el Paseo de La Libertad en Torrevieja, ofreciendo lo mejor de las editoriales en las distintas casetas de libreros de la localidad, pero… ¿leer es una cuestión de gusto o afición?
Creo que es una verdadera necesidad y sólo debemos darnos cuenta de ello. España es una fábrica de letras. Cientos de libros se publican cada año. Desde la España del Quijote a la actual Saga Crepúsculo, las preferencias literarias son tan variadas como libros hay en las librerías. Así los amantes a la lectura hacen posible que sigan cabalgando caballeros de lanza en astillero mientras releemos “Cien años de soledad” del fallecido García Márquez. Clásico del siglo XX donde una familia ya mítica de la aldea de Macondo se convierte en referente de la narrativa latinoamericana.
En el silencio de las estanterías “Romeo y Julieta” contemplan “La divina Comedia” junto al “Lazarillo de Tormes” y “La Celestina” que se preguntan si “La vida es sueño”.
Pero, ya se sabe “estamos en elecciones”, aunque si algo bueno tienen las elecciones es que descolocan muchas cosas para ponerlas en otro sitio. Y eso está pasando en el mundo de la literatura. ¿Qué ocurrirá dentro de diez años con las editoriales, con los lectores digitales, con el mundo del libro? Es difícil saberlo pero, quizás, ese nuevo sitio donde terminaremos colocados no sea tan malo como pueda parecer. La crisis ha golpeado a todas las administraciones públicas, y una de las consecuencias para el mundo del libro es que las bibliotecas, que compraban los libros que se publicaban han dejado de hacerlo. Eso, era una forma de subsistencia para las ediciones de las pequeñas editoriales.
Con el libro nadie come; a lo máximo te puede calentar ardiendo en la chimenea, como hacía Pepe Carvalho, el detective de Montalbán.
El hábito de la lectura requiere un esfuerzo de concentración y se está perdiendo a pasos agigantados por niños y jóvenes que prefieren otras formas de expresión y ocio. Se pierde la narrativa literaria, pero también se pierde la narrativa cinematográfica porque muchas películas carecen del mínimo guión. El panorama resulta desolador para los escritores que intentan abrirse camino ganándose así la vida. Incluso llegará el tiempo en que nosotros, como lectores, tengamos que pasarnos el libro de unos a otros, pagando una especie de leasing por ello.
¿Y el autor? ¿De qué vivirá si no se venden sus libros?
Pensando en alto, es un momento difícil y para la cultura, nefasto. Por ello quizás toque ser caracol. Pienso que en algún momento volverá a salir el sol. Pero siempre (y confiemos en ello) tendremos necesidad de que nos expliquen historias que nos hagan soñar con otros mundos y otras vidas. Siempre, precisaremos de Scherezades que nos hagan más soportable la existencia.
Que paséis un buen día del libro

