Torrevieja en la Habanera
Es tradición de la prensa que durante
el Certamen Internacional de Habaneras se pase revista a las veladas. Cumplamos
pues con la tradición. Aunque si consideramos el propio concepto de tradición,
hablamos de costumbres y formas de expresión artística de una comunidad, en
especial de aquello que se trasmite por vía oral, coincidiendo en gran medida,
con la cultura y el folclore o "sabiduría popular".
En nuestro caso tradición y
estreno van unidos. La tradición es lo inalterable, lo ritual. Aunque si se
quiere mantener una tradición, a veces no hay más remedio que innovar. Ponerla
al día. Añadirle el carácter de estreno. En cuanto a las habaneras -que a decir
de los musicólogos es el "cante de ida y vuelta" ya que regresa al lugar de origen, siendo adornada
con los elementos de la música de otros lugares como el aire caribeño- nos acerca
a la noche de luna, donde Torrevieja es enteramente habanera.
Decir enteramente habanera, es
hablar de playa y de una niña morena que busca en la mar la forma de un navío, “Por la mar se fue, ella lo vio desde lo
alto de la cala, mientras la sombra del marino se alarga hasta rozar el suspiro
de la niña-mujer”.
Y una vez más regresa la canción
a esa playa, como memoria de mi pueblo, con el canto que se escucha en las
gargantas de miles de voces, que son de esta tierra.
Estribillo del alma de los
marineros y torrevejenses.
Hoy cuando navegamos por el siglo
XXI en la noche de cantos, Torrevieja es el centro de la habanera. Y se nos
devuelve el barco cargado de Pericón y café de pucho, al tiempo que un coro en
las Eras de la Sal, proclama en sus melodías la vida. No es canción, es copla
que sale de dentro.
Durante una semana las noches de
coro y canciones ofrecen, al son del 2X4, la reposada habanera donde los coralistas
repiten tu nombre Torrevieja…
“…a dónde iremos/ para siempre volar./ A Torrevieja,/ donde
el cielo es el mar…”
Traspasando la puerta de esa mar
tu nombre, Torrevieja, sabe a marinero en racha de viento. Sabor salobre. El color
azul opaco se une a la arena dorada. Pero no estás sola Torrevieja junto a ti
siempre ella, la Habanera y junto a ella, la gente de esta tierra que hicieron resurgir
el recuerdo de aquellos días. Desde Ricardo Lafuente, hasta Armando Bernabeu
Lorenzo, las composiciones de las habaneras son letras donde la ilusión tiene
forma de poema.
Y es en las Eras de la Sal donde las voces de los
coros galopan sobre las olas del mar a manera de recuerdo de otros días.
Y es el sonido de la guitarra del
marino, que marcaba el adiós con su voz entrecortada, surgiendo como palabras
de libertad, que proclama la honra de ser de esta tierra, aventando los nubarrones
al dejar su patria por otras tierras lejana, donde Torrevieja siempre será…
habanera salada.

