COMIENZA SEPTIEMBRE
Cuando
comienza septiembre, apenas falta una semana para que comience el curso y de
nuevo nos reencontramos… quiero decir que me reencuentro con los que os
fuisteis de vacaciones. Yo que he seguido aquí os disfruto y me alegra saber
que no os escapáis y seguís cada cual desde su propio “rinconsico”, dando
señales de vida a la vida misma.
Para
los que hemos estado aquí, en este verano agotador, casi necesitaríamos unos
diítas de descanso y playa -con más ejercicio que baño- mucho de caminar, algunas
sardinicas asadas al medio día y cerveza bien fresquita, siesta de sacristán y por
la noche, dormir sin despertador o sea, el lujo de levantarte cuando te
despiertes…. en fin, lo que se dice descansar bien.
Pero
sigo aquí en el tajo, preparando todo los acontecimientos que nos depara este
mes de comienzos y festejos. Un nuevo curso para los más pequeños de la casa y
los mayores… ¡¡ya se sabe!! lo bueno se acaba. Las tarde se acortan. Y las mochilas se
llenan. Pronto volveremos a ver en nuestras calles el transporte escolar y un
largo etc. de necesidades que se habían aparcado dando prioridad al verano que
es lo mismo que decir “al ocio”. Sea
como fuere, si algo identifica el comienzo de curso es ver como los bolsillos tiemblan.
La economía familiar llega al descalabro economico.
Mientras nuestros hijos se reencuentran con sus amigos en el patio del colegio.
Pero hay otro curso que comienza (si en algún instante se detuvo
del todo) es el curso político. Es necesario aclarar que nada se detiene del
todo, el terrible
aparato institucional contra la general creencia, no se detiene en verano. Los
boletines oficiales no paran por vacaciones, los 17 boletines oficiales de las
17 autonomías, los boletines oficiales de las provincias aparecen regularmente,
las noticias siguen llenando las páginas de la prensa y el curso habitual de
los acontecimientos se ralentiza… nada más.
En este patio de colegio
también se acaban las vacaciones. Se cambia el
bañador, por el traje de chaqueta. La tumbona en la playa, por el pupitre (en
este caso la sala de prensa, tan necesaria en este momento). Que ya se sabe,
tras un verano de distensión y ocio se hace difícil volver no solo al férreo horario,
también a las exigencias y obligaciones del duro trabajo. Sobre todo si tenemos
que ponernos, por azares de nuestros políticos, en modo electoral. Así, año
tras año ¿o debería decir, mes tras mes? se repite la misma circunstancia, pero
la naturaleza humana que tiene una extraordinaria capacidad de adaptación,
llega a remontar la cuesta como el ciclista de montaña, aunque esto suponga un
considerable esfuerzo de reajuste.
Sea como sea, todos esperan ansiosos ese
primer día, ya que este año será “un año crucial” ya que si los políticos no lo
remedian, volveremos a votar.
