EL DOCENTE
Enseñarás a volar,/
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,/
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,/
paro no vivirán tu vida...
pero sabrás que cada
vez que ellos/ vuelen, piensen,
sueñen, canten, vivan...
estará lo sencillo
del camino/ enseñando y aprendiendo...
Madre Teresa de
Calcuta
Como
todos los años, el 5 de octubre se celebra, desde 1994, el Día Mundial de los
Docentes, que conmemora la Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO
relativa a la situación del personal docente (1966). El docente es aquel
Profesor, Docente o Enseñante, que se dedica profesionalmente a la enseñanza, ya
sea con carácter general o especializado. Además de la transmisión de valores,
técnicas y conocimientos generales o específicos de la materia que enseña,
parte de la función pedagógica del profesor consiste en facilitar el
aprendizaje para que el alumno lo alcance de la mejor manera posible.
Se
preguntarán ¿Eso que tiene que ver con nosotros y con nuestros hijos? En
cualquier caso, se trata de recordar, al menos por un día, la labor de aquellos
que en las aulas imparten las clases a nuestros hijos.
No
sé porque (ni sé si seré la única) pero prefiero utilizar la palabra
maestro, yo lo identifico a los
profesionales que enseñan a los niños más pequeños. En cambio cuando los niños
se hacen mayores, mi cerebro demanda otra palabra: profesor o docente.
Pero
¿Qué sería de nosotros sin los maestros o docentes? Tenemos los mejores
maestros que jamás ha habido en España, esto no significa que no puedan o deban
mejorar, siempre contando con un poco de apoyo y buenas motivaciones. Y eso no
es lo que sucede en la España de los recortes.
Los
maestros, tutores, profesores o como queráis llamarlos, se están enfrentando a
una falta de respeto y dignificación de su labor, amén de falta de presupuesto
por los suelos, la ratio aumentado y las familias con problemas económicos.
Muchos
maestros y maestras ejercen su labor diaria con estos y otros problemas que los
llevan a la depresión o enfermedades psicológicas: adolescentes
semi-analfabetos faltándoles al respeto, amenazándolos. Padres que no inculcan
a sus hijos unas mínimas norma éticas y que, además, no ayudan a los profesores
a conseguirlo. En fin, una sociedad que se aleja del tema escolar.
Aunque,
todo hay que decirlos, hay padres que colaboran con los maestros y se preocupan
de la educación de sus hijos; como hay chicos y chicas, inquietos, estudiosos,
por los que merece la pena luchar. En esos casos, ahí está el maestro que cada
día se deja la vida en las aulas.
Ser
maestro no es simplemente transmitir de forma aséptica los conocimientos,
técnicas y hábitos que preparen al niño para el futuro donde ocupar un puesto
de trabajo y ganar un sueldo. En realidad es algo más profundo. El maestro
enseña a ser un poco más solidario, un poco más responsable, un poco más libre,
un poco más humano, un poco más feliz… en definitiva “educar” es “conducir”,
llevar al discípulo hacia su propia perfección, sacando del fondo de su ser
todo lo que allí esconde. Es, una actitud ante la vida.
Ser
maestro consiste en hacer que los niños crezcan y lleguen a ser adultos
responsables, ciudadanos maduros y felices.
El
5 de octubre se celebra, desde 1994, el Día Mundial de los Docentes ¿a cuántos
educadores tenemos en los centros de nuestra ciudad? A todos, por la
maravillosa labor que realizan con los niños y jóvenes ¡Muchas gracias!

