EL MUNDO UN CARNAVAL
Podría decirse que cada ciudad y
pueblo en cualquier rincón de nuestro mundo tiene su carnaval con
características propias. La base es la misma: disfrutar de los últimos días del
triunfo de don Carnal sobre doña Cuaresma. Su origen parece estar en las fiestas paganas del mundo
romano. Aunque en nuestros días hay muchas costumbres que se han adaptado al
curso de los tiempos. Es necesario recordar que el sentido del Carnaval va
ligado a cierto desenfreno y permisividad antes de los rigores de la Cuaresma.
En ese tiempo, se decía adiós a la carne para saludar las legumbres y verduras
hasta la Semana Santa.
Pero hoy con el disfraz preparado
me hecho a escribir disfrutando del Carnaval o los Carnavales, ya que hay más
de uno. Está el carnaval de las
chirigotas y el carnaval de la
calle... el carnaval con aroma a
primavera temprana, o el carnaval de las serpentinas como bombas que tiran las
comparsas al son de la música bailando sin parar. Y no olvidemos el carnaval
literario. Éste igualmente es pura subversión.
Pongamos que en las
Carnestolendas usted pueda hablar en lenguaje políticamente no correcto sin que
le llamen facha. Pongamos que pueda defender los valores morales o éticos sin
que la crítica al uso se le eche encima. Y ya que estamos en Carnaval, al menos
por unos días y como excepción transgresora de las nuevas normas, pongamos que el
bien sea el bien y el mal sea solo eso: el mal. Y la medida de las cosas no será
el dinero y la comodidad.
Pongamos que en
Carnaval los padres puedan reclamar a los hijos que estén a las 12 de la noche
en casa ¡que ya está bien! y que los profesores por Carnaval puedan suspender a
los alumnos gamberros sin miedo a que se les lea la cartilla a ellos, por...
¿cómo se dice? ¡Ah, sí! por autoritarios. Si el Carnaval es subversión del
orden, no serán días de pecado y desenfreno los que están por llegar, como
antaño, más bien días de ley, de moral, y de todo lo que falta el resto del
año.
Por otro lado, antes,
por Carnaval, la gente se disfrazaba. Ahora durante el año vemos a quien va con
los pelos teñidos de azul o de color zanahoria, con los pantalones rotos y tan
largos que les arrastran como si pertenecieran a una comparsa. Y ya que el
Carnaval es hacer lo contrario, al menos por unos días pongamos a los parados a
trabajar.
-Así que Drag
Queen, murgas y comparsas, poneros las máscaras, ensayad un aire jovial y gozad
y reir que es la fiesta del Carnaval. Que se entere todo el mundo que Torrevieja
lista está. Es el Carnaval de la calle. Las plumas y serpentinas invaden Ramón
Gallud. ¡Vámonos! vámonos con la alegría
y la música que el mundo está de fiesta ha llegado el Carnaval.

