DOMINGO DE RAMOS CON APLAUSO BLANCO DE ESPERANZA
¿Dónde está el olor del Domingo de Ramos que camina
despacito por las calles?
Fumata blanca que anuncia el caminar de los niños con sus
palmas. Fumata blanca de caminar entre la multitud, que vienen las capas
blancas. Fumata blanca que vibra ante el palio de la Virgen de la Esperanza. Con
la fumata blanca de los cirios. Fumata blanca del obrador de las primeras
torrijas con el dulzor de miel dorada. Fumata blanca de los hachotes de los
Cristos revestido con los ornamentos de quienes llegan para disfrutar la ciudad.
Hoy, nada de eso se adivina por las calles. En nuestra
geometría sentimental, la distancia más corta hoy es de balcón a balcón. Y para
el recuerdo, en este Domingo de Ramos, no hay mejor pergamino que ese aplauso
como pañuelo blanco de Esperanza frente a su pueblo:
Ahí está Ella frente a frente.
ahí está Ella cara a cara,
la Aurora más Salinera
como blanca paloma.
¡Que llore Torrevieja entera
con lágrimas de Esperanza!
ahí está Ella cara a cara,
la Aurora más Salinera
como blanca paloma.
¡Que llore Torrevieja entera
con lágrimas de Esperanza!
Hoy no será el sonido del tambor o el rozar de la vesta lo
que haga palpitar en el aire el evangelio de las cofradías. Hoy la cofradía tiene
sonido de sirena de coche de policía.
La cofradía está en los hospitales con vesta verde de
sanitario, con enfermo en las camas. Torrevieja pregona el juramento de fe y
credo, sacando a las ventanas la religiosidad más popular. Aunque todo va pasando tan rápidamente como un
mal sueño, en esta larga metáfora de la vida de la Semana Santa, hoy vemos como
la ciudad en silencio acude al Domingo de Ramos.
¿Dónde está el olor de la Semana Santa que camina despacito
por las calles?
Corre sobre los hombros de los nuevos costaleros que luchan
contra un enemigo fiero. Del Calvario descendía Cristo ante la Virgen a la que
no le quedan lágrimas. Secas están las flores de los ojos de aquellos que
despiden a los que ya no están.
De esa perfección regia del palio de la Virgen, ¿qué se
hizo?
El sonido de las cornetas se ha cambiado por el sonido de
ambulancias y te convence de la fugacidad del tiempo. El símbolo a la Fe se queda
en la mano, como la palma que no se ha estrenado el Domingo de Ramos y se
dibuja "entre los cirios y las azucenas blancas" una plegaria a la Virgen
de la Esperanza.
Y ante el silencio… el repique de campanas anuncia desde
lejos, con aroma de incienso, que hoy brilla el Domingo de Ramos

