ANTE LOS MALTRATOS ¡TODAS SOMOS VICTIMAS!
Hoy 25 de Noviembre se celebra en toda España el
día internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Los
casos de muerte en este año en España asciendo a 40 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va
de año, 1.073 desde que empezaron a contabilizarse en 2003. No son solo cifras
ya que no podemos olvidar que 23 menores han quedado
huérfanos por la violencia machista en lo que va de año.
La mordaza que impone el miedo sigue estando demasiado apretada.
Lo
curioso es que en ocasiones miramos a lugares tan alejados como África o los
países musulmanes, cuando pensamos en la defensa de los derechos a la mujer. En
cambio la realidad nos indica que la problemática existe en todos lados: En
nuestro pueblo, en el puesto de trabajo y… ¡claro! en muchos hogares.
Se
defienden los derechos a la mujer mientras somos testigos, en ocasiones, de
esos malos tratos a nuestras vecinas, familiares, empleadas o compañeras de
trabajo; sobre todo si se encuentran en una situación de debilidad, ya que eso,
eleva el ego a su agresor.
La
satisfacción del maltratador se encuentra en la humillación a la mujer, hasta
conseguir, que ella se sienta hundida, de esta forma él puede creerse
omnipotente, mientras ella, se reduce a “nada”. Desde su parcela de poder llega
a utilizar de una forma denigrante a la mujer.
Según los expertos, el
maltratador no es más que una persona insegura, egoísta y narcisista, con un
terrible complejo de inferioridad. Incluso posee una rara capacidad para
mentir, hasta conseguir aislar y culpabilizar a la victima ante la sociedad y
ante ella misma. Puede rodearse de “testigos mudos” llegando a sentirse
inflamado de poder cuando lleva a cabo ese trato deshumanizado. De igual manera
el “acoso moral” es un arma que utiliza el agresor contra su victima. Los
moratones no salen sólo en el cuerpo.
Una situación de humillación continua puede llevar a una persona a un estado de estrés, depresión, perdida de la autoestima y en casos extremos al infarto o el suicidio. Hoy frente a tantas mujeres maltratadas deberíamos de unir nuestras voces en favor de las victimas, ya que ellas, no puede elevar su voz. Es necesario enfrentarse a quien golpea desde su hombría y es capaz de convertir en un animal a la mujer con la que convive, llegando a ridiculizarla y transformando en una cárcel, su lugar de trabajo o el hogar donde sólo él es juez y fiscal. Pero nada de esto es justo, y es el momento de estar todos unidos frente a ese maltratador diciendo: ¡ya esta bien!.
Ya
esta bien del silencio. Ya esta bien de agachar la cabeza. Ya esta bien de
aceptar esa realidad de golpes y vejaciones. Hoy el miedo ya no puede ser la
mordaza con la que se apaguen los gritos de auxilio. Mientras haya una mujer
maltratada, todas seremos víctimas.
El 016 es el número de atención a las víctimas de violencia de género.
No
deja huella en la factura, pero hay que borrarlo del registro de llamadas.
Los
menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación Anar (900 20 20 10).
Las
mujeres en riesgo pueden enviar un mensaje de alerta por la aplicación para
móviles ALERTCOPS, que activa una geolocalización que recibirá la policía.
También
está disponible un sistema de chat de asistencia psicológica (en los teléfonos
682 91 61 36 y 682 50 85 07).

