¡Arriba el telón…!
Publicado en enero 2009
¡Cuantas veces dijiste tú, Tomás, esas palabras!
Nos has dejado como dejan los actores el escenario, en silencio y tras bajar el telón. Se pude afirmar que tú, Tomás Boj, fuiste una persona pegada al teatro. Tú existencia se resume en una palabra “generosidad”. Tú nombre queda grabado en la memoria colectiva y aún con letras de oro, en la historia de esta ciudad, junto al de tu amigo y maestro Tomás Martínez, y los de aquellos tramoyistas con los que erais parte esencial en las obras que se representaban en el teatro de antes. Pero siempre entre candilejas. Aunque el teatro te dio la oportunidad de salir a escena en el año ´39 de la mano de una joven, que según tus palabras “era la más guapa de todas” Conchita Freixa. Fue un “pericón” baile argentino el que os unió para siempre llevando la felicidad a tú corazón y al de Conchita.
Y es hoy cuando noto como la magia del teatro da un valor especial a las palabras que me entregaste en una entrevista que fue una autentica conversación entre amigos. Palabras sensatas en un mundo de locos. Incluso creo que hoy, más que nunca, prefiero vivir en ese teatro donde entiendo qué no está pasando lo que pasa. Donde el dolor que está en el aire se trasforma en un rayo de esperanza.
Hoy los focos, Tomás, inundan de luz por ti lo que hasta ahora ha sido un negro escenario. Y en medio de las tablas te descubrió con total discreción como único protagonista. Al margen de cualquier vanidad, allí, vuelves a ser aquel trabajador que fue un gran amante de su pueblo y su teatro. Junto a los artistas que colorean con pasión un mundo difícil y duro, mientras divierten, emocionan y pregonan valores tan humanos como la vida, la muerte, el amor, la libertad y la esperanza. Artistas conocidos o anónimos que te dejaron Tomás, a su paso por las tablas, grandes recuerdos. Incluso tu propia vida podría entenderse como una historia sobre el paso efímero de la existencia, las consecuencias que trae el tiempo y la felicidad. Fuiste esa persona pletórica de vida, radiante de amor, pero sobretodo rebosante de nostalgia por un mundo que ha cambiado dando paso a uno nuevo. Al ver como te alejas me viene a la memoria la frase de Frank Capra cuando afirmaba: “Creía que un drama es cuando llora el actor, pero me equivoque, lo es cuando lloramos nosotros, el público”.
Sin
duda conocerte,
Tomás, me dio la oportunidad de entender mejor la savia palpitante del teatro,
el amor que profesaste a la vida y a este pueblo. Y como si de un actor de Hollywood se tratará, en tu
neurológica, se podría decir de ti lo que se dijo de Clarke Gable, a quien en
tantas ocasiones se te comparó: "El Rey ha muerto". Pero permíteme que me quede
con: Tomás Boj un alma libre.
