Primavera: tiempo de cambios

Publicado en marzo de 2009



Según nos dicen los astrónomos y el Corte Ingles: ¡ha llegado la primavera!. 

Y lo ha hecho entrado por la puerta de las alergias. Desde el viernes 20 de marzo, es necesario colocarse el traje de las defensas ya que, durante 92 días y 18 horas, quienes padecen algún tipo de hipersensibilidad, sufrirán las causas de una primavera nada poética. Pero no conforme con los trastornos que esto ocasiona, este domingo 29 de marzo, tendremos el cambio de hora, recuperando el horario de verano. Es decir, a las dos de la madrugada adelantaremos los relojes hasta las tres, según información facilitada por el Observatorio Astronómico Nacional. Y de ésta forma, nos adentramos en esa época del año donde el día se alarga, haciendo posible que el sol permanezca por encima del horizonte casi tres minutos más cada día. Pero son otros los cambios, estos más nuestros, los que nos indican el paso de estación. Uno de ellos sucede, quizás, para que los poemas sigan siendo verdaderos. 
Ellas, las oscuras golondrinas vuelven anunciando la llegada de la ansiada primavera, que impaciente, ha aparecido en “cuantico” los niños corretean en plazas y parques. Incluso tú, querido lector, seguro que sientes en tu interior esa llamada primaveral a manera de rebullir de abejas inquietas por todo tu cuerpo. Pero nadie la ha visto llegar. Ni se la ha recibido con honores. Ni los amantes se asoman a los balcones para aspirar su aroma, por miedo al polen y los insectos. No, nadie ha visto llegar a la Primavera. Aunque los pintores la plasmen en los lienzos que mostraran en el XXIII Salón de Primavera Marisa Ruso. O llegue sobre la parihuela del ensayo costalero. O se la escuche "rachear" con paso lento de hermano nazareno. No señores, nadie ha visto como se instalaba entre nosotros la esperada Primavera. 
Aunque mudos y absortos y de rodillas,/ como se adora a Dios ante su altar/ ¡así, la esperábamos ya!.
Por lo tanto, Doña Primavera, permítame que os salude y os dé la bienvenida en nombre de la ciudad donde sois cada año aviso de buen tiempo. Incluso vuestra influencia primaveral se muestra en los teletipos de los periódicos que ya quieren estar en flor. Surgen desafiantes las más granadas noticias a manera de capullos reventones, mientras nos duele el reúma de la reducción del gasto en obras necesarias para la ciudad. En este caos de cambios climáticos y de los otros, que solo usted provoca, el oficio del escribidor alcanza a ser como el llorar de los peces, sirve de poco. Y es que, lo que pasa últimamente en los mentideros de la información, no está en los escritos. Será cosa suya. Muchos miran al azogue del cielo torrevejense donde se dibuja el anuncio sonoro y vivo de su llegada, con forma de oscura golondrina. Solo que..., Aquellas que el vuelo refrenaban/ aquellas que aprendieron nuestros nombres... esas... ¡no volverán!

Entradas populares de este blog

LA FIBROMIALGIA AL DESNUDO

EXITOSO CONCIERTO OFRECIDO POR JAVIER ARTIGAS PINA EN EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE ÓRGANO EN LA PARROQUIA DEL SAGRADO CORAZÓN

9 DE NOVIEMBRE "UN RAMITO DE VIOLETAS"