¿Qué es la feria?
Publicado en mayo 2009
La Feria es… las casetas, la gente, el fino y las guitarras.
La feria en Torrevieja es, el cante y el baile. Pero antes de comenzar la Feria, todos hemos asistido
como espectadores o protagonistas (unos más que otros) a lo que se conoce como la Prefería. En ese
instante parecen despertar, al igual que lo hace la primavera, el cante por
sevillanas. Se sacan de los armarios los trajes de volantes y se anuncia lo que
está por venir. A partir de ese momento, se pone en marcha el rito del montaje
de las casetas, dando forma en el “Real de la Feria”, es decir en Puerto –quizás por último
año- el montaje de una pequeña ciudad en mitad de la ciudad. Esto corre a cargo
de los socios y, las señoras y señores caseteros. Todos participan: hombres,
mujeres y niños. Una a una va
tomando forma las casetas y las calles. Mientras se cubre el inmaculado cielo
con adornos de farolillos. Son los últimos detalles. Y la Feria se dispone a pasar
revista. El cante se deja sentir en cada rincón. "Se para pá almorzar"
y suena una sevillana. Es ambiente de hermandad que se trasmite entre los que
visitan la feria. Más no cabe. Es lujo de feria y detalles. Cadenetas de
colores cubren el cielo estrellado, sirviendo de decorado para que las niñas que
mueven su cuerpo al compás de las sevillanas. Y a manera de museo en
movimientos, por allí también se ven a los de fuera, con sombrero de ala ancha,
adueñándose de la feria. Pero al llegar la noche la feria es más feria que
nunca. Como ciudad efímera, en sus calles el gentío se apiña. La Feria de mayo en Torrevieja
es un caos perfecto, donde la gente “puestecita” camina por las casetas en
compañía de la “alegrita”. El “fino” y el “rebujito” corren de mano en mano, de
caseta en caseta. Y junto a ésta, la otra feria. Ruido de feriantes que compiten,
acaparando la atención de los pequeños. Diminuto parque de atracciones con el
tren de la bruja que no asusta a nadie. Circo de norias. Es la delicia de los
niños. Y durante el día, la señorial amazona, pasea por el Real de la Feria, adornada con su traje
de flamenca y su caballo. En el Puerto, hoy convertido en el Real, el señorío
de a caballo. Sal de la Feria,
con espuelas plateadas de guapas jinetas. Tras un año llega el momento para el
encuentro, la copla y el amigo -que hace tiempo que no se veía- todo en el
marco incomparable de la alegría. Que bailan las niñas. Que mira la
gente. Y en el tablao surge provocadora la fiesta. Y como colofón de ésta y
cualquier feria, la mujer. Son los volantes. Es el baile y las palmas. Es la Macarena y la
Salve. Al dar las doce campanadas se
escucha el coro. Guitarras y cascabeles. Noche de “pescaito” y pañuelo atado al
cuello. La Feria
es la Portada.