…Y llegaron las lluvias.
Publicado en septiembre 2009
Cuando hablo de “llegaron las lluvias”, no me refiero al libro del escritor norteamericano, Louis Bromfield “Vinieron las lluvias”, aunque se parezca bastante.
Es que sencillamente… llegaron las lluvias. Y no han dejado títere con cabeza. Se ha dicho que éste, es el septiembre más lluvioso desde hace 132 años. Reconozco que no pensaba escribir de este tema. Pero ante el dato, creo que podría hacerlo, aunque a manera de postal climatológica. Y podría hablar de la que está cayendo. Es más, creo que es lo más relevante de cuanto ha sucedido en ésta semana. En primer lugar, porque nos atañe a todos. Y en segundo lugar, porque durante estos días las “tormentas” no solo las climatológicas, son actualidad.
Por otro lado pienso que todos nos hemos dado cuenta que están cayendo chuzos de punta (en sentido figurado) tanto en los ambientes económicos como políticos. Se puede decir que la temperatura en este otoño, baja y baja, como si cayera en un agujero negro. Y así nos va. Si Dios no lo remedia, con el frío ambiental que se avecina, vamos a coger la gripe, no sé si porcina o aviar, pero con tanto cambio (del clima) nos vamos a quedar tiesos, de puro pasmados ante la frialdad que nos rodea.
El dicho popular afirma en estos casos: “tras la tormenta llega la calma”. Y se aprecian los cambios, por ejemplo: alguien aparece, o se marcha, o lo retiran, o es aclamado por la multitud. Mientras la sociedad sigue adaptándose a los tiempos que corren. Más o menos.
Lo cierto es que hay que abrir el paraguas (si lo tienes) para protegerse de los chaparrones inoportunos. Son muchos los que conocen las reglas, y saben que si llueve con ganas, por mucho que corras, te puedes calar hasta los huesos. Aunque lo mejor es estar al tanto de las señales que avisan de lo variable del clima, ya que ¡no hay prisa por mojarse! lo preferible es esperar a que escampe.
Llegados a este punto y como presumo que voy a ir un poco justa de tiempo para llevar a cabo todos los frentes en los que estoy trabajado durante estos meses, y teniendo en cuenta que el tema estrella en este articulo tenía que ser “la gota fría” y no está siendo gran cosa: me temo que ha quedado en simples chaparrones ocasionales. Esperaré a ver como Torrevieja es, una vez más, noticia por algo como…, que llueve, al igual que en el resto del Levante. En cuanto a los chubascos (los de lluvia… y los otros) mejor tener paciencia: es asombroso lo bien que se llevan aquí situaciones que para otros son insólitas.
En lo tocante a la moderación, la dejaré para temas menos importantes, como la subida de impuestos, o que las hijas deban o no “hablar con sus padres” de lo que sucede con sus vidas. Hoy, tocaba hablar de una simple postal atípica en nuestra ciudad, donde la lluvia, puede ser una gran noticia.
Es que sencillamente… llegaron las lluvias. Y no han dejado títere con cabeza. Se ha dicho que éste, es el septiembre más lluvioso desde hace 132 años. Reconozco que no pensaba escribir de este tema. Pero ante el dato, creo que podría hacerlo, aunque a manera de postal climatológica. Y podría hablar de la que está cayendo. Es más, creo que es lo más relevante de cuanto ha sucedido en ésta semana. En primer lugar, porque nos atañe a todos. Y en segundo lugar, porque durante estos días las “tormentas” no solo las climatológicas, son actualidad.
Por otro lado pienso que todos nos hemos dado cuenta que están cayendo chuzos de punta (en sentido figurado) tanto en los ambientes económicos como políticos. Se puede decir que la temperatura en este otoño, baja y baja, como si cayera en un agujero negro. Y así nos va. Si Dios no lo remedia, con el frío ambiental que se avecina, vamos a coger la gripe, no sé si porcina o aviar, pero con tanto cambio (del clima) nos vamos a quedar tiesos, de puro pasmados ante la frialdad que nos rodea.
El dicho popular afirma en estos casos: “tras la tormenta llega la calma”. Y se aprecian los cambios, por ejemplo: alguien aparece, o se marcha, o lo retiran, o es aclamado por la multitud. Mientras la sociedad sigue adaptándose a los tiempos que corren. Más o menos.
Lo cierto es que hay que abrir el paraguas (si lo tienes) para protegerse de los chaparrones inoportunos. Son muchos los que conocen las reglas, y saben que si llueve con ganas, por mucho que corras, te puedes calar hasta los huesos. Aunque lo mejor es estar al tanto de las señales que avisan de lo variable del clima, ya que ¡no hay prisa por mojarse! lo preferible es esperar a que escampe.
Llegados a este punto y como presumo que voy a ir un poco justa de tiempo para llevar a cabo todos los frentes en los que estoy trabajado durante estos meses, y teniendo en cuenta que el tema estrella en este articulo tenía que ser “la gota fría” y no está siendo gran cosa: me temo que ha quedado en simples chaparrones ocasionales. Esperaré a ver como Torrevieja es, una vez más, noticia por algo como…, que llueve, al igual que en el resto del Levante. En cuanto a los chubascos (los de lluvia… y los otros) mejor tener paciencia: es asombroso lo bien que se llevan aquí situaciones que para otros son insólitas.
En lo tocante a la moderación, la dejaré para temas menos importantes, como la subida de impuestos, o que las hijas deban o no “hablar con sus padres” de lo que sucede con sus vidas. Hoy, tocaba hablar de una simple postal atípica en nuestra ciudad, donde la lluvia, puede ser una gran noticia.