CONSTRUYENDO EL CARNAVAL
Hoy veo a través de mi ventana que en el
Auditorio “El Batel” de Cartagena, la chirigota “Los Sancochaos” de Torrevieja
(y por lo tanto paisanos), pasaban a la final, obteniendo además el premio al
mejor disfraz y premio a la mejor letra original. Vicente Zapata Su presidente,
no olvidó dedicar estos triunfos al pueblo de Torrevieja. Su actuación la
podremos ver mañana sábado en el Concurso de Chirigotas de nuestro carnaval en
el Auditorio Internacional. Desde aquí ¡Felicidades a todos!
Y es que nos encontramos en esos días de
carnavales donde se desborda el ingenio y la gracia acompañada de disfraces que
invaden todos los rincones de la ciudad.
Es un ejercicio de libertad que se va
gestando durante todo el año en el seno de las comparsas. Torrevieja tuvo
siempre mucha imaginación para los carnavales, fiesta popular por excelencia. Y
han sido las clases populares, junto a una extensa galería de personajes, los
impulsores y defensores de nuestros carnavales.
Junto a lo vistoso de las reinas y
paralelamente a la laboriosa y artística confección de los disfraces, poetas y
músicos, escriben canciones que riman con toda la gracia posible, poniendo en
boca de las murgas una historia jocosa similar a la oficial, sobre temas de
rabiosa actualidad. Hechos de la vida cotidiana o desmadres de gobernantes. Son
los problemas de la vida ordinaria los que se toman como temas para, de manera
diferente, ofrecer una solución distinta.
También hay que venir al carnaval para
divertirse y dispuestos a reírse -que para eso se creó-. Reírnos de nosotros
mismos con los demás y reírnos de todas las cosas. Para participar nada
mejor que reunirse con la comparsa.
Así el carnaval en Torrevieja es vivido
con entusiasmo, con guasa, implicando sin discriminación alguna a todos,
personas de toda edad, a reinas y reinonas, asegurando una estruendosa
proyección de futuro y libertad.
Para vivir unos buenos carnavales hay que
seguir unas reglas, unos mandamientos: disfrazarse todos los días, sumarse al
cachondeo y algarabía, y nada de madrugar. Ríete de ti y de los demás, usa
careta, antifaces o la cara pintada, la cosa es que no conozcan a quien se
oculta detrás.
Sin duda
cada año se ha ido mejorando y así seguirá siendo, porque se tiene ganas
de juerga y de cachondeo, de salir disfrazado (solo o en pandilla) de formar
comparsas, sin olvidar a las ya veteranas que año tras año siguen ensayando.
Todo esto es hacer Carnaval.
Hacer Carnaval también se hace con el
disfraz y lo hizo el pregonero que pasó este año por el escenario del
auditorio, aportando mucho a la fiesta de febrero. También hacen Carnaval las
murgas, que engalana con sus canciones y letras, para que todo salga lucido. Hacen
Carnaval las reinas con sus fantasías
que lucen como estrellas en el efímero infinito de la fiesta. Sin olvidar (por
supuesto) a la Asociación Cultural Carnaval de Torrevieja, los medios de
comunicación, la radio y televisión. El Carnaval hay que vivirlo y Torrevieja
lo vive junto con su buena gente y mejores agrupaciones.
Por otro lado hacer una comparsa no es
difícil, es como una receta de las de Arguiñano: pones algarabía, muchísima
voluntad, una cucharadita de simpatía, de ilusión cuarto y mitad. Todo se rocía
con tesón, una pizca de sátira y picardía, y el resultado es la alegría del
Carnaval
