Mujer: una revolución silenciosa


“El grado de libertad de una sociedad se mide por el grado de libertad de la mujer” 
Charles Fourier escritor francés


Hoy 8 de marzo abro la ventana con la celebración del Día de la Mujer, pensando que es un buen momento para recordar, que la formación unida a la información elimina barreras.
En la segunda mitad del siglo veinte, en España, la mujer aún arrastraba el lastre, de tener el papel de reproducción y ama de casa que siempre se le había atribuido. En los años sesenta, seguía con ese rol de ama de casa, dentro de la fragilidad del momento, a fin de que el hombre fuera quien garantizara el sustento familiar. Aun con los cambios, en este sentido falta mucho por hacer, y no sólo por parte de las mujeres, también por los hombres. Sin duda igualar el número de personas preparadas ayuda a igualar las oportunidades. De hecho, vemos como en los países desarrollados, debido a las transformaciones económicas y sociales, la mujer viene protagonizando una revolución silenciosa a través de su incorporación al mercado de trabajo, desencadenando, sin provocar ninguna convulsión, lo que se considera uno de los mayores cambios de las últimas décadas.
Cuando el mercado de trabajo es cada día más precario, vemos cambios en el empleo femenino, en actividades realizadas tradicionalmente por hombres. Las mujeres rompen la barrera del sexo, aunque aquí tropezamos con la diferencia de ingresos. No existen barreras formales, pero existe un “techo de cristal” que impide que la mujer, de manera generalizada, progrese en ocupaciones de mayor rango directivo. Sin ir más lejos en nuestra ciudad ya hay profesionales como reponedoras en superficies comerciales, conductoras de camión, autobuses o ambulancias, vigilantes jurados, informáticas o policías; trabajos en los que la mujer es una recién llegada. Hoy cuando señalamos que gracias a las altas tecnologías, ciudades como Torrevieja recorren el globo terrestre en segundos, seguimos asistiendo a la paradoja donde las mujeres siguen siendo una mercancía valiosa y fácil de manejar.
Hay voces de grandes profesionales y estudios, que muestran que si se hiciera un mejor uso del capital humano femenino en el mundo, aumentaría el crecimiento económico, disminuiría el número de personas en situación de pobreza, y mejoraría la actuación empresarial y la innovación.
El 8 de marzo, es momento para el reconocimiento social a la mujer, teniendo en cuenta su aportación a la vida familiar, al trabajo, a la cultura en todas sus vertientes, y por que no, al mundo de la política actual. La mujer está cada vez más presente en la vida económica, social y política, y su papel no deja de evolucionar. Incluso sería lamentable desaprovechar el enriquecimiento que ofrecen y su implicación en todos estos campos. La educación en la igualdad permitirá que nos desarrollemos como personas libres para sentir, pensar y actuar por nosotras mismas sin sometimientos. En este 8 de marzo, a todas vosotras... a todas nosotras, FELIZ DÍA

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