MUJER
Cuando
abro hoy mi ventana me tropiezo con ésta frase: “Doy gracias a los dioses por
haber nacido libre y no esclavo, griego y no bárbaro, varón y no mujer".
Leer
una frase como ésta en 2018 es muy probable que cause horror y lleve a una
inmediata descalificación hacia su autor, sobre todo su parte final. La
sorpresa puede ser no menor cuando descubre que fue pronunciada por uno de los
más grandes pensadores de la historia, concretamente por Aristóteles, lo que
tal vez es simplemente una muestra de cómo la ideología imperante puede llegar
a condicionar y a nublar incluso las mentes más preclaras.
Nunca,
una efemérides ha sido considerada tan especial que se podría rememorar todos
los días del año. El día de la Mujer Trabajadora es la única celebración que inspira un
reconocimiento incondicional. ¡Qué mayor credibilidad para una reivindicación
justa!
En estos días he podido
escuchar y ver en los medios de comunicación una noticia que podría ser la
causa de algunas discusión en el seno familiar, es decir en algún hogar.
Según, sesudos estudiosos las
mujeres cobran menos en cualquier trabajo, incluso en sus jubilaciones
Ni que hablar de las amas de
casa. Difícil y arriesgado problema de cuanto debería cobrar “el ama de casa”. La
sorpresa viene cuando la cifra estaría en tres millones de pesetas al año, o
sea, 18.030’363 Euros. Que dicho así, hasta resulta casi asequible para quien desee
contratar a un ama de casa. Persona que por otra parte posee grandes dotes de
empresaria y economista.
Pero jocoso que sea el comentario
se aleja un tanto de la realidad a la que
nos enfrentamos cada día numerosas mujeres. Es bueno que se cuestione el valor
de un trabajo que la sociedad ha estado relegado al puesto más bajo de la escala
social, apenas un simple: ¡Va! sabrás tu lo que es trabajar.
Es
lo que se han encontrado muchas mujeres en infinidad de ocasiones. Pues bien,
en nuestra sociedad donde todas las personas forman parte de unas determinadas
siglas: O C U: Organización de Consumidores y Usuarios; INEM; A P A;
I N S A L U D; INTERNET. Es fácil
suponer que un amplio abanico de las personas activas –aunque no estén
identificadas de esta forma- se
encuentre un tanto desplazada, en mitad
de este bombardeo de formalismos.
Hemos
avanzado tanto en cuestiones como la moneda única, el descubrimiento del genoma
humano, la informática; que se ha conseguido casi acabar con una especie en
vías de extinción, “el ama de casa” o como algunos prefieren llamarla “las
Marujas”. A lo largo de la historia, las mujeres han luchado para obtener unos
derechos otorgados por y para los hombres en exclusividad. Y gracias a ellas,
hoy podemos decir que el ser ama de casa
no es ninguna imposición, sino un estilo de vida. Aunque habría que aclarar que
dentro de esos derechos conseguidos por quienes fueron unas pioneras, también
se debería de contar con el reconocimiento a una labor importante para la
sociedad, el hecho de ser “Mujer trabajadora..., en el hogar”.
Reivindicar
este derecho, me hace pensar en tantas y tantas mujeres que se ven relegadas a
simple moneda de cambio en diferentes países. O las que sufren el castigo de
unas costumbres casi ancestrales, en su cuerpo, siendo mutiladas. O las que por
causa del fanatismo se ven relegadas a una vida sin vida, bajo el peso de su
religión, ocultando el hecho de ser persona, de ser mujer. O las que son
valoradas como botín en las guerras... aun en un siglo donde las altas
tecnologías nos llevan a recorrer el globo terrestre, en segundos; no obstante,
las mujeres siguen siendo una mercancía en ocasiones valiosa.
Sin
necesidad de irnos demasiado lejos, existen cerca de nosotros quienes son algo
a lo que golpear, un objeto al que maltratar, o en quien descargar una ira
incontrolada por un compañero violento. Es cierto que las costumbre, la
educación, el valorar y valorarse como ser humano; es lo que nos llevaría a
conseguir esa igualdad que en ocasiones creemos haber alcanzado, pero que a la
hora de la verdad, sólo hemos arañado. No importa el lugar, la sociedad donde
se mueva, o el la posición social que ocupe. Una mujer necesita estar
demostrando constante mente su fuerza, su inteligencia y que esta no esta
reñida con su apariencia. Esa mujer que esta a tu lado, no pide, ni exige otra
cosa que ser una voz entre las demás. Por lo tanto, me voy a permitir una
osadía: De una mujer a otra, hoy quería hablar de ti; con todo mi cariño y mis
respetos, a quien eres “ama de casa” cuando en realidad no eres dueña ni de tu
tiempo.
Un
abrazo
