Navidad globalizada
Enero 2010
La Navidad en Torrevieja tiene un alcance humano y globalizador mayor que
en otros lugares. De hecho no es extraño ver el tradicional Belén junto a el un
Papa Noel que observa cada figura. Aquí se celebra la Navidad del Perú, donde se canta al Niño Dios en la misa
del gallo, y la Navidad
de los niños rusos, donde el Año Nuevo es como la Navidad para la mayoría de
los niños europeos. La Navidad
chilena con el “viejito pascuero” y la Navidad de México con sus representaciones teatrales
de Nacimientos y posadas. Aquí la comunidad inglesa con sus canciones de
navidad, se une a los suecos que entregan los regalos en Nochebuena, y la Navidad de los alemanes y
sus mercadillos. Hoy en Torrevieja se vive la Navidad de los cuatro
puntos cardinales. Incluso la expresión plástica del Nacimiento se vuelve más
real.
Nos podemos cruzar en la calle con una mujer pequeña y silenciosa que
se encuentra en cinta. Su paso es lento. La cabeza gacha, la cubre con una
toquilla y en sus pies unas sandalias. Tal vez responda al nombre de María,
Guadalupe, Anastasia, Fatma, Lela... ¿qué importa? Hoy, esa María responde al
nombre de Esperanza.
Trabaja en casa de unos ancianos, allí limpia y prepara la comida. Su
marido es un número más en la fila del paro. Ambos dejaron atrás familia y hogar.
Sus ingresos les llevan a estar cerca del umbral de la pobreza. Viven en un
piso de alquiler y creen que pronto todo cambiará. Si con la que está cayendo
está joven pareja tienen ganas de sonreír en Nochebuena, es porque está por
nacer el Niño Dios.
Si Cristo naciera hoy... los pastores serían los policías que llevan al
niño y a la madre al hospital. Allí el médico y las enfermeras, vestidos de
blanco (a manera de ángeles) ofrecerían un nido caliente al niño. Mientras los
responsables de una ONG les llevarían leche caliente, pañales y ropa limpia. En
éste nuevo Belén una vez más, la mirada de María a su hijo, es de Amor en ésta
noche de Paz.
Pero hoy, más que villancicos todos esperaremos ansiosos
el sonsonete de los niños y niñas de San Ildefonso y esa cancioncilla propia
del “Día de la buena salud” o 22 de diciembre. Fecha llena de tópicos: la cena
de empresa, el aguilando y Doña Fortuna. De no acordarse esta señora de que
estamos en “crisis” siempre queda aquello de: Manolo, ¡y que más da! Tenemos salud...
Y al acabar el sorteo, nuestro numero sigue en el
bombo... pero ¡Menos mal que tengo salud!. Llegados a este punto solo puedo
decir a los que tienen mucho, y los que no tienen nada... a los “chiguitos” y
los abuelos, a los de aquí y los de allá... a los que escriben y los que leen, a
los que te quieren. A ellos… a vosotras y sobretodo... a ti ¡¡Feliz Navidad!!.