¡Tenemos plan!
Noviembre 2009
En
la década de los setenta y ochenta, cuando algún chaval (o no tanto) decía
aquello de ¡tengo plan! lo felicitaban sus compañeros, mientras era la envidia
de todos.
Entonces
“tener un plan”, se asociaba a tener un ligue para el fin de semana. Algo que
no tenía nada que ver con enamorarse o encontrar pareja. Más bien era el arte
de relacionarse con otras personas sin intenciones serias. Divertido, ¿no?.
Hoy
por culpa de Internet y de otros avances por el estilo (las discotecas, los
videojuegos, la televisión...) lo de tener plan o buscar un ligue, ha caído en
desuso.
Incluso
se acuñaron frases que se convirtieron en un tópico, para conseguir ese plan
(que no tiene nada que ver con tener un programa de fomento del autoempleo). Las
frases más usadas, con escaso éxito, que todo hay que decirlo, eran:
Años
70: ¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?
Años
80: ¿Estudias o trabajas?
Años
90: ¿En tu casa o en la mía?
Creo
que hoy curiosamente hemos vuelto a la España de los setenta. Ya que la misma España,
como una quinceañera, se ve rodeada de muchos “planes”. Vamos que hasta pensé
pedir uno para mi casa y poner una rotonda en el descansillo de la portería, ¡Qué
yo también quiero un plan!.
Y
a la gran mayoría de los pueblos y ciudades de nuestra querida España, se le
dijo aquello de: ¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?. Y las
Comunidades y ciudades se sonrojaron, ofreciendo una sonrisa picarona. Se
presentaba una buena oportunidad ¡Teníamos Plan!. El ligón de turno continuó:
¿Estudias o trabajas?.
Y
por una vez, Torrevieja había pasado la revalidad con las obras de Ramón Gallud.
Y fuimos por la diplomatura y acceso, así, a la educación universitaria. De
hecho, aun hoy, estamos por diplomarnos en zanjas y calles cortadas, con
optativas en senderismo y espeleológica.
Pero
cuidado, ayer como hoy, todo Plan tiene sus partes (con perdón) buenas. Ejemplo:
el desempleo que ha ido a la baja, aunque se trate de una circunstancia fruto
de la estación estival y el efecto del Plan E. Es decir, miles de nuevos
contratos con fecha de caducidad.
Solo
que, no se dice que han desaparecido contratos fijos, que crece el desanimo en
aquellos que ya renuncian a buscar trabajo y se declaran inactivos. De hecho el
Gobierno tampoco es optimista y avisa: la próxima Encuesta de Población Activa
(EPA) puede ser peor.
Esto
me lleva a pensar que mejor me dejo de “Plan” y espero que se surja el “milagro”
de los panes y los peces, ya que si no nos mata la angustia para seguir
adelante, lo hará el plan para sanarnos. Mientras España está enseñando el
refajo con todas las calles levantadas. Creo que el verdadero “plan” esta en la
puerta de Caritas, que se golpea incesantemente…, huyendo del Plan.