Una mirada que dice… ¡acércate!
Publicado en febrero 2011
“Con la ternura de su mirada me dijo:
Te estoy mirando mamá”
El primer acontecimiento, tras el nacimiento de un hijo es
que éste contemple la cara de su madre. Esa primera mirada puede ser el
comienzo de un largo camino. El descubrimiento del trastorno en Antonio,
Carmen, Luis, Alicia… ¡qué más da el nombre! lleva por la senda de la
estimulación temprana, un laberinto donde las fisioterapias, las pruebas
beneficiosa y a la vez demoledora psicológicamente, para el niño y la familia
son necesarias. En la actualidad esos niños y jóvenes tienen una oportunidad en
nuestra ciudad por medio de centros como APANEE.
En este centro hay una persona, una joven, que a pesar de
su síndrome de Down, trabaja de recepcionista en la oficina de Apanee (Asociación
de Padres de Alumnos con Necesidades Educativas Especiales). La actividad que Alicia
desempeña en su entorno, la lleva a desenvolverse en
su vida diaria como una persona con gran valía para los que están a su lado.
Alicia, y muchos como ella necesitan que se les conozca. Necesitan que los
demás posean una educación en valores, fomentando la empatía, que no es más que
la capacidad de ponerse en lugar de ellos, alcanzando a comprender lo que
sienten, contemplando el mundo desde su punto de vista. Así comprenderíamos que
ese niño/a –ya unos jóvenes- sienten interés por el mundo que le rodea. Alicia
Yazy Petrarca, es muy merecidamente “la Voluntaria del año”.
Habrá quien piense que la integración puede ser
complicada. Se pide un gran esfuerzo a estas personas, casi les exigimos que se
integren en nuestro mundo, pero… ¿en algún momento nosotros nos hemos puesto en
su lugar? ¿Ampliamos nuestra realidad para que ellos tengan cabida?.
Sin darnos cuenta, a la persona con problemas se la relega
por la falta de dos valores excesivamente potenciados: la carencia de capacidades
y la falta de una supuesta belleza física. Pero somos mucho más, somos
emociones, sentimientos, necesidades. Y precisamente en esa escala, Alicia y
muchos como ella, poseen más de lo necesario. Su capacidad les lleva a estar
inmerso en ese mundo donde los sentimientos están a flor de piel. Sí, ella y
muchos como ella son capaces de descubrirnos, con su mirada, un torbellino de
emociones. Mirada que nos ayuda a reflexionar sobre las cosas importantes, dejando
de tener importancia aquello que “decimos” nosotros que la tiene.
Debería ser muy sencillo unir su mundo y el nuestro. Aun
tenemos que aprender mucho de ellos, y podemos comenzar con el deseo de
abrazarle, sonreírle, comprenderle, recibiendo… su
especial cariño a cambio de una mirada. Aprender
a estar frente a ese niño tan especial que te mira, y con su gesto nos
dice cuanto nos necesita. Ser capaces de mirarle tranquilamente y ver en sus
ojos una petición… “acércate podemos sonreír juntos”.
Por todo lo que nos das, ¡Felicidades Alicia!