Mayo en Torrevieja es Feria
Mayo 2010
Si
alguien se acerca en mayo a Torrevieja, y ve como en el puerto, junto a la mar,
va creciendo lentamente una pequeña ciudad de lomas blanca y verde se
preguntaría que está ocurriendo. Y si en su desconocimiento surgiera la pregunta
¿Qué es esto? La respuesta amen de fácil será necesaria explicarla. Esto es La Feria.
La
feria en Torrevieja es… el cante y el baile. Y son las casetas, la gente, el
fino y las guitarras. Noche de “pescaito” y pañuelo atado al cuello. La Feria es la Portada.
Pero
es mucho más, ya que antes de comenzar la Feria, asistimos como espectadores o
protagonistas (unos más que otros) a la Prefería.
En ese instante se sacan de los armarios los trajes de
volantes y se anuncia lo que está por venir. Comienza el rito del montaje de
las casetas, dando forma en el “Real de la Feria”, es decir en puerto, a la construcción de
una pequeña ciudad en mitad de la ciudad. Esto corre a cargo de los socios y las
señoras y señores caseteros. Todos participan: hombres, mujeres y niños. Una a
una toma forma las casetas y las calles. Mientras una nube de farolillos cubre
el inmaculado cielo. Son los últimos detalles. Todo está preparado. Casetas y
caseteros dispuestos a pasar revista. El cante se siente en cada rincón.
"Se
para pá almorzar" y suena una sevillana. Cadenetas de colores cubren el
cielo estrellado, sirviendo de decorado para que las niñas muevan su cuerpo al
compás de las sevillanas.
Un
ambiente de hermandad recorre la feria de caseta en caseta entre los que
visitan la feria. Más no cabe. A manera de museo en movimientos, por allí se
ven a los de fuera, con sombrero de ala ancha, adueñándose de la feria. Pero al
llegar la noche la feria es más feria que nunca. Es lujo de feria y detalles.
La Feria de mayo en Torrevieja es un caos perfecto, donde la
gente “puestecita” camina por las casetas en compañía de la “alegrita”.
El
“fino” y el “rebujito” corren de mano en mano, de caseta en caseta. Tras un año,
llega el momento para el encuentro, la copla y el amigo -que hace tiempo que no
se veía- todo en el marco incomparable de la alegría. Como ciudad
efímera, en sus calles el gentío se apiña.
En
el Puerto, hoy Real de la Feria,
está el señorío de a caballo. Sal de la Feria, con espuelas plateadas de guapas jinetas. Durante
el día la amazona, pasea por el Real de la Feria con su caballo, adornada con su traje de
flamenca.
En
el tablao surge provocadora la fiesta. Que bailan las niñas. Que mira la gente.
Y como colofón de ésta y cualquier feria, la mujer. Volantes, baile y palmas. Es
la Macarena
y la Salve. Guitarras
y cascabeles. Al dar las doce campanadas se escucha el coro.