Partidos con equipo
Publicado en julio 2010
En el siglo de
oro existió una formula de respeto de los legisladores hacia el pueblo que
gobernaban, reflejada en las mocedades del Cid, y decía así:
Señores legisladores:
Procurad siempre acertarla
el honrado y el principal;
pero si la acertáis mal,
defenderla y no enmendarla
Esto viene a colación por el
espectáculo representado en el pleno, donde últimamente se dan situaciones esperpénticas.
Tras los acontecimientos surgidos, no sé si lo llamado “neurastenia” puede ser catalogado como
enfermedad, tras ser testigo de tanto bombardeo de actuaciones, pero las
conclusiones de lo ocurrido, esas, quedan para los ciudadanos, que son simples
personas frente a estos “conversadores”.
Aunque
para abstraernos nos queda el futbol, capaz de paralizar a todo un país sin
necesidad de sindicatos que empujen a una huelga general. Aquí lo más general
es el amor por la “roja”, ya que lo que queda de España, que se pueda llamar
así, es la selección nacional de fútbol. Durante estas semanas se grita a favor
de la “roja”, se cubren balcones con la “Roja y gualda”, se canta el “y viva
España” de Manolo Escobar, y todo ello teniendo de telón de fondo o gran pantalla,
las gradas de un campo de fútbol. Lo siguiente son abrazos, alegría sin limites,
baño en la fuente… que tenemos que celebrar el ¡GOL! de Villa a Portugal
Pero
tanto ardor no elimina la que se ha armado aquí. "¡A por ellos!",
gritan en el campo de futbol. "¡A por ellos!" parece que algunos
gritan en voz baja desde su partido (y no hablo de futbol). Sin ir más lejos, asistimos
al baile de siglas que confunde al más experto, ya que no se sabe si PSOE es
oposición de PP o la oposición de la oposición; si LV está con o a favor de
PSOE, y si IU está viéndolas venir o contra todos. Lo cierto es que las
noticias giran en torno a las diferentes declaraciones de unos contra los
otros. Aunque los unos y los otros, deban tomar aceite de ricino para tragar la
situación en la que se encuentran. Y surgen palabras como: disidente,
reivindicación, expulsión, portavocia… y surge la pregunta: ¿Qué se hace con tanta
información?
El
votante puede reclamar a sus legisladores que tomen conciencia de su labor, y que
se pongan a trabajar para cumplir con el respeto al prójimo (o sea, al votante)
ya que a través de sus votos son elegidos. Pero lo cierto es que en política no
existe la casualidad: las cosas son como son o son voluntad del hombre. Y me
inclino por lo último. No hablo de la voluntad de
ellos, sino la de los votantes, ya que será la voluntad de las urnas la que
decida como acabará este partido. Y como queremos ser gobernados.
Pero eso es
algo que veremos dentro de… algo más de 300 días.