Día del Cambio


Publicado enero 2011

Hace apenas un mes celebrábamos las Fiestas Patronales, preparábamos las vacaciones de invierno, y el espumillón, las luces de colores, los arboles de plástico y el Nacimiento con los Reyes Magos, los sacábamos de sus cajas. Hoy, las fiestas de invierno, la Pascua, o la Navidad (que cada cual la llame según su conciencia) han dejado una estela de regalos para los más pequeños, y un incremento en el gasto para los mayores.
Por cierto Feliz 2011, aunque el regalo recibido sea las subidas y subidas en la luz, gas, carburantes… que lo ideal este año es recibir carbón de los Magos. Estoy pensando en rescatar el antiguo brasero para calentarme.
Y volviendo a la Navidad, los hay que hablan de una Navidad Laica, en un intento de hacer la puñeta al tradicional Nacimiento. Realmente se les hace “la pascua” a los Magos de Oriente, ya los regalos no son una exclusividad del Día de Reyes. A pesar de las majestuosas cabalgatas, de pajes y danzarinas orientales; en los hogares torrevejenses, la Nochebuena es como la mañana del 6 de enero, los  niños locos con los juguetes. En el derbi entre Papá Noel y los Reyes Magos, el de “colorao con barba” gana por goleada.
En el mejor de los casos los niños salen ganando. Tienen ración doble de juguetes, el 24 de diciembre y el 6 de enero: los que trae el “chan” y los que traen los Reyes. Papá Noel no necesita de cortejo, ni de desfiles, apenas un trineo (chocante en estas latitudes) y una sonora carcajada y tiene ganada a la chiquillería.
La Cabalgata de Reyes responde a un elaborado esquema. Cabalgata como preludio de Semana Santa. Tres tronos como tres pasos: Melchor, Gaspar y Baltasar, en las carrozas son pasos de misterio; los beduinos con los caramelos son los nazarenos de la Cabalgata y delante, los Heraldos con sus estandartes. La Cabalgata tiene su cofradía, los niños que la sigue. Hasta su anuncio manera de pregón, así son las cartas con los sueños de los pequeños que los Heraldos recogen en la plaza de la Constitución.
Pero ¿Quien defiende a los Monarcas de la ilusión, de la competencia de Papá Noel que ha conquistado sin sacar a la calle ni una carroza? a Melchor, Gaspar o incluso Baltasar no hay quien les escriba un artículo para defenderlo de Papá Noel. No hay monárquicos para los Reyes. Así les va a los pobres que han perdido el monopolio de entregarnos alguna dádiva propia de su cargo.
El comercio más cabal, piensa en inventar dos nuevas fiestas en el calendario litúrgico-comercial a las ya existentes: el Día del cambio. El 26 de diciembre y el 7 de enero es el “Día del Cambio” de regalos. Por mi parte intento saber donde o cuando cambiar ese regalito envenenado de las subidas, subidas… y subidas, en el gasto familiar.   

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